Una inteligencia artificial creada por una startup nacida de Google Research, Osmo, ha sido capaz de crear una mapa de olores.
Hasta ahora pensábamos que las máquinas no podían oler o reconocer los olores. Ahora, una inteligencia artificial es capaz tanto de oler como de crear nuevos olores.
Google Research creó la startup Osmo: una la red neuronal que puede identificar el olor de más de 5.000 compuestos moleculares.
El sistema olfativo humano no se comprende tan bien como los otros sentidos porque probablemente es el más complejo: la capacidad de detectar olores (pan horneado, humo de cigarrillo) comienza cuando las moléculas que flotan en el aire llegan a la nariz y se unen a los receptores del olor que transmiten información al cerebro a través del nervio olfativo. La nariz humana tiene alrededor de 400 tipos de receptores, proteínas sensoriales especiales.
El equipo de Google-Osmo han diseñado lo que ellos llaman un "mapa de olores", una forma de clasificar los perfumes de tal manera que las moléculas capaces de generar el mismo olor se agrupen.
Después, los investigadores utilizaron un algoritmo de aprendizaje automático para que aprendiera sobre 5000 moléculas de perfume ya disponibles en los catálogos de fragancias: afrutado, mantecoso, amaderado, etc.
Al entrenar la red neuronal, fue posible detectar automáticamente las asociaciones entre la estructura química de cada molécula y la forma en que un ser humano describiría la fragancia correspondiente. Un trabajo que ha permitido construir un mapa de olores que agrupa las moléculas según sus características específicas.
Evidentemente, para comprobar la eficacia de la inteligencia artificial, el equipo de Google-Osmo realizó una serie de comparaciones convocando a una serie de expertos en el análisis de las distintas fragancias. El resultado fue que, en el 53 % de los casos, la solución Osmo proporcionó una evaluación cercana a la de los humanos.
Osmo planea construir un sensor personalizado para convertir los olores en señales digitales, pero aún se necesitan años de investigación.
La tecnología, que se utilizará en los laboratorios de perfumería para crear fragancias completamente nuevas, no estará disponible para el público en general por el momento.